El mercadeo, o Marketing, como también
es válido denominarlo, cumple con una función esencial en la vida de toda
empresa, emprendimiento, organización, y/o corporación, debido a que participa
activamente dentro del proceso productivo de la misma como el enlace o el
eslabón necesario para hacer que el bien o servicio en cuestión pueda llegar a
la manos del consumidor final, cubriendo así sus necesidades. Sin embargo,
debido a que sus actividades y procedimientos se enmarcan en un ámbito
intangible en el que la imaginación y la creatividad son las principales herramientas
para llevarlas a cabo, las mismas pueden llegar a confundirse con otras tareas
que si pueden ser perceptibles. Un ejemplo de ello es el error común de comparar
el concepto de mercadeo con logística de distribución de mercaderías, cuyo fin
es primordialmente el traslado físico de los productos asociados con la
organización.
En este mismo orden de ideas, un concepto
que se encuentra íntimamente ligado con la concepción del mercadeo, y que
también tiende a ser confundido con el mismo, es el término ventas y todo lo
que rodea a dicha actividad. Las ventas son uno de los instrumentos fundamentales
de medición de ingresos, éxito y aceptación que pueda tener una empresa u
organización en un determinado período, por lo que es necesario darle la
importancia técnica que merece, obviando la confusión que pueda causar
relacionar ambos términos, y diferenciando las virtudes y cualidades que se
manejan dentro de cada una de dichas actividades.
En tal sentido, el mercadeo, desde el
punto de vista social, consiste en un proceso administrativo gracias al cual
determinados grupos o individuos obtienen lo que necesitan o desean a través
del intercambio de productos o servicios. En el ámbito empresarial, puede ser
considerado como la realización de las actividades que pueden ayudar a que una organización
consiga las metas que se ha propuesto, comprendiendo los deseos y las
necesidades de los consumidores y a desarrollar productos o servicios aptos
para el mercado. Es una forma de organizar un conjunto de acciones y procesos a
la hora de crear un producto para crear, comunicar y entregar valor a los
clientes, y para manejar las relaciones y su finalidad es beneficiar a la
organización satisfaciendo a los clientes.
Por su parte las ventas, se pueden
definir como la entrega de productos o servicios a cambio de dinero y,
pueden ser por vía personal, por correo, por teléfono, entre otros medios. Dependiendo
de ciertas condiciones, las ventas pueden originarse a través de un contrato,
conocido como compra venta, en virtud del cual se transfiere a dominio ajeno
una cosa por el precio pactado. El contrato de compra venta está compuesto por
elementos personales, reales y formales, es decir, se debe de establecer las
partes y sus obligaciones, es por ello, que se caracteriza como contrato
bilateral, además de indicar el precio y, las características de la cosa en
venta. Por otro lado, venta también se refiere a la cantidad total o
aproximada de productos o servicios vendidos, por ejemplo: la venta de aparatos
electrónicos por este mes fue mayor a los 500. De igual manera, en un negocio
se debe de tener en cuenta que el total de las ventas netas se
representan a través de la suma total de todas las ventas hechas en efectivo o
a crédito menos las devoluciones, bonificaciones, descuentos y rebajas y, de
esta manera, poder obtener el rendimiento económico de una empresa en un
periodo determinado.
En este sentido, existe una diferencia
marcada entre ambos términos tomando en cuenta que las ventas se encuentran
enmarcadas dentro de los procesos del mercadeo, como etapa final del mismo, en
la que el producto, sea bien o servicio, es accesado por el cliente o
consumidor final. Así pues, en la venta,
el interés se centra en el producto. Mientras que en el mercadeo el
interés se centra en los deseos del consumidor. En la venta, primero se fabrica el producto
y luego se calcula como venderlo con ganancia, es decir, su orientación tiende
a ser interna debido a que destaca las necesidades de la empresa u organización,
mientras que en el mercadeo, primero se determina qué desea el consumidor y
luego cómo producir y distribuir con utilidad el producto que satisfaga esas
necesidades, en otras palabras, su orientación es externa debido a que se
centra en las necesidades del mercado.
En resumen, el mercadeo conjuga
un abanico de estrategias enfocadas primordialmente a satisfacer las
necesidades de un mercado (nación, región, localidad, ciudad, entre otros),
mientras que las ventas combinan una serie de tácticas que permiten a la
organización, maximizar sus ingresos por concepto de entrega o cesión de algún
bien o servicio producido. Sin embargo, a pesar de ya encontrarse definidos y
diferenciados ambos conceptos, es necesario destacar que su sinapsis debe ser
articulada de manera armónica, con la finalidad de garantizar el éxito del
negocio, el cumplimiento de las metas, y la complacencia de los deseos de una
masa en particular.
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